La higiene interdental es más que un complemento al cepillado dental. Sus beneficios se centran en la capacidad de prevenir de forma primaria y secundaria las enfermedades bucodentales, que pueden tener un impacto en la salud general.
Hay que integrar la higiene interdental al menos una vez al día en la rutina de higiene bucal diaria para desarrollar un hábito efectivo y mantener una salud bucal óptima. El uso de herramientas interdentales puede reducir el sangrado entre una semana y tres meses. Sin embargo, la higiene bucal sigue siendo una asignatura pendiente para gran parte de la población.
Se calcula que más del 50% de las personas no realizan higiene interdental de forma regular, a pesar de que el cepillado convencional solo elimina una parte de la placa bacteriana. La placa restante se acumula en los espacios interdentales.
La higiene interdental es una aliada clave en la prevención de enfermedades sistémicas. Las enfermedades periodontales no solo afectan a la cavidad bucal, sino que están estrechamente relacionadas con problemas sistémicos como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o incluso complicaciones del embarazo. Las personas con periodontitis están más expuestas a desarrollar enfermedad cardíaca coronaria. Además, en el caso de la diabetes, la relación es bidireccional: una diabetes mal controlada agrava la periodontitis, y a su vez, ésta dificulta el control glucémico.
Aún existen barreras importantes para integrar la higiene interdental en la rutina diaria, no siempre se conoce por qué hay que hacerlo ni con qué herramienta. El uso de cepillos interdentales es la forma más eficaz de realizar la limpieza interdental, arrastrando más placa, sobre todo en pacientes con periodontitis,
Existen distintos diámetros, pudiendo seleccionar el cepillo según el espacio interdental. Además hay que considerar factores como la densidad del filamento o el grosor del alambre para asegurar la efectivad de la limpieza.
La salud bucal es salud general. Una buena higiene interdental mejora la calidad de vida. Cambiando las rutinas e integrando la higiene interproximal se pueden prevenir enfermedades bucales.
Incorporar la higiene interdental en la rutina diaria no solo mejora la salud bucal, sino que también reduce el riesgo de enfermedades sistémicas.

